miércoles, 11 de junio de 2008

Adsubia

  • Castillo de Forna

    NOMBRE: Forna
    Nº de IDENTIFICACIÓN: A/001
    MUNICIPIO: ADSUBIA
    ALTITUD: 240
    COMARCA: MARINA ALTA
    EMPLAZAMIENTO: Cerro Testigo
    TIPOLOGIA: Castillo Medieval Palaciego
    CLASIFICACION CULTURAL: Cristiano Bajomedieval Siglo XIV
    ESTADO DE CONSERVACION: Ruina Progresiva

    BIBLIOGRAFIA:
    - Juan Mateo Box.- "Historia de los castillos de la Provincia de Alicante" 1953 Alicante.
    - José María Segura Martí y J.Torró Abad.- "Torres i Castells de l´Alcoia-Comtat"
    - Rafael Azuar.- Castillos de la Comunidad Valenciana" 1997
    - Revista Castells n°5

    SITUACION: Forna se encuentra a 8 kilómetros de Pego en la misma frontera con Valencia por una carretera local que se coge desde la comarcal C-3311 entre Adsubia y Vall de Gallinera.

    ACCESO: El acceso al castillo de Forna ésta entre los más fáciles de la provincia. El sendero se divisa desde la carretera justamente antes de llegar al pueblo.

    RESTOS: Forna es, quizás, el castillo mejor conservado de la provincia que no haya sido restaurado. Construido por el sistema tapial (mezclando tierra y gravilla), posea gruesos muros formando una planta cuadrada con una torre cuadrada en cada esquina saliendo algo de los muros. La entrada conserva una puerta de madera y su arco es algo apuntado. Al fondo del patio de armas, junto a un aljibe, arranca una escalera que acaba en el segundo piso. Este segundo piso conserva varias dependencias bien conservadas. Entre ellas, una habitación de techo alto en forma de cúpula con acceso a una pequeña torre circular derruida. En ésta misma habitación existe un hueco en el suelo que se comunica con un segundo aljibe.

    En el primer piso existen cuatro dependencias de grandes dimensiones que sirvieron de acuartelamientos y establos. A la derecha, según se entra, en lo que es la base de una torre, existen unas pintadas que datan al siglo XIII. Entre ellas se divisan barcos, guerreros, caballos y algunos escritos. Desgraciadamente muchas de estas pinturas han sido destruidas o tapadas con grafitos, firmas y pintadas por visitantes menos interesados en conservar la historia y el arte. No obstante, y quizás debido a la oscuridad de ésta habitación, se conservan diversas pinturas. Se aconseja una linterna.

    HISTORIA: El castillo perteneció a Al-Azraq y formaba parte de sus extensos territorios denominados el señorío de Alcalá. Al parecer, Al-Azraq se mantuvo al margen de las contiendas entre los soberanos musulmanes y las fuerzas de Jaime I "El conquistador". El monarca se detuvo cuando llego al señorío de Al-Azraq y mando a su hijo primogénito, el infante don Alfonso (que al parecer mantenía cierta amistad con el musulmán) para negociar con él. El resultado fue el Pacto del Pouet firmado el día 13 de abril de 1245. Según este acuerdo, Al-Azraq y su señorío se convertía en estado vasallo, manteniendo durante tres años el dominio y la mitad de las rentas que generaban los castillos de Margarida, Queirola (Cheroles), Castel de Castells (Castillo de Serrella) y Benirrama (Gallinera) y el dominio total de los de Perpuchent (Lorcha) y Alcalá (Benisili). Los castillos de Pop y Tárbena pasaban al rey aragonés en el acto. A cambio se reconoció como vasallo. De la misma forma, Al-Azraq podría mantener el dominio y mitad de las rentas de todos los castillos que pudiera ganar. De este modo, Al-Azraq consiguio mantener el dominio de sus tierras mientras que ambos evitaron la guerra.

    Esta paz duro escasamente los tres años pactados, pues Al-Azraq se sublevó en 1248 en contra de don Jaime y provoco el levantamiento de todos los musulmanes de la comarca e incluso los de las comarcas vecinas. Fue entonces cuando fue proclamado rey libertador por sus compatriotas. Tras años de guerra, Al-Azraq fue vencido en 1258 y tuvo que abandonar tierras Valencianas perdiendo su señorío.

    Tras la derrota de Al-Azraq, las tierras del señorío fueron repartidas quedando el señorío de Forna y su castillo bajo la administración de don Bernat Guillem y lo incorporo a la corona. Este noble administró varios castillos del patrimonio real y había colaborado en la guerra contra Al-Azraq con sus seis hijos, los llamados "Caballeros del Penacho Negro" liderando un ejército de 200 ballesteros y 100 caballos. Más tarde, en 1322, Jaime II donó lo que quedaba del señorío de Alcalá a su hijo don Pedro de Ribagorza. Tres años más tarde, éste hizo una permuta por otras tierras con Hugo Folch de Cardona y Anglesola, conde de Cardona, quien cedió el castillo y sus terrenos a Vicente Escorna que murió ajusticiado por su participación en la rebelión en contra de Pedro IV. Forna y su castillo fueron confiscados y subastados, comprándolo el día 7 de Agosto de 1350 Pedro Busquet y Francesc Solanes. En 1395, Pedro Pasadores vendió el castillo y su territorio a Bartomeu de Cruilles quien nombró como heredero a su hijo Riambau de Cruilles y Caldés. Al morir en 1464, paso el señorío del lugar y castillo a su hijo primogénito Pedro de Cruilles y Vich.

    En el siglo XVII, Forna perteneció a Baltasar Julia Figuerola, hijo de Joan Julia cuya familia conservaba el señorío todavía en el siglo XVIII. Más tarde, y por falta de herederos masculinos, Vicenta Falcó Julia heredo la baronía de Forna. Posteriormente, Forna fue caserío con ayuntamiento propio hasta la segunda década del siglo actual siendo finalmente incorporado al municipio de Adsubia.

    CURIOSIDADES: Destacan sus pinturas medievales en una de sus salas.
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REDACTORES DE ESTE ARTÍCULO:
Pablo Cortés Martín, Verónica Lillo Orts, Catherine Lillo Orts y Enrique Mira-Perceval Verdú
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